Llamamiento a
Conferencia Internacional contra todas las formas de esclavitud
abril 2018
1. Vallas, muros y
represión contra los derechos de asilo, refugio y libre tránsito
La playa del Tarajal, en Ceuta, está situada en el límite
fronterizo de dicha colonia española en Marruecos; un cruce de caminos entre
África y Europa, que lleva años bloqueado por grandes vallas vigiladas por un
importante aparato policial, pretendiendo dividir artificialmente ambos
continentes; impidiéndose por la fuerza, desde hace años, el derecho de asilo y
refugio, el libre tránsito de las fronteras de la UE. Los inmigrantes africanos
se empeñan, empujados por la miseria y la hambruna, en tratar de cruzar las
vallas y los controles para así conquistar su derecho al trabajo y a la misma
vida; pero en Europa se vuelven a encontrar con formas de racismo y esclavitud.
Como consecuencia de esta situación, son decenas de jóvenes los que han
resultado muertos por violencia policial en el paso del Tarajal, quince de
ellos hace ya cuatro años, en febrero de 2014. En todo el Mediterráneo se han
extendido los impedimentos de paso, convirtiendo las rutas marítimas en fosas
comunes de miles de víctimas; otros muchos emigrantes son devueltos sin
procedimiento alguno de salvaguarda. A esta situación se la ha denominado como
la “crisis de los refugiados”. Crisis que afecta a muchos millones de personas,
que se extiende desde Grecia a Portugal, agravada por el acuerdo UE-Turquía,
que impide la entrada a Europa de los que, huyendo de las guerras de Siria, Afganistán,
Irak, Libia…, buscan tierra de paz y refugio. Dos millones de emigrantes y/o
refugiados africanos han sido expulsados ilegalmente de Europa entre 2008 y
2016. Además se multiplican los detenidos en centros de internamiento para
emigrantes que no han cometido delito alguno. Grave situación que ha sido
objeto de diversas manifestaciones públicas de protesta, acompañadas de
demandas ante los diversos gobiernos, ante la Unión Europa y a la misma Unión Africana,
en particular, por el derecho de refugio y para promover una Comisión
Internacional de Investigación sobre los Crímenes del Tarajal y del
Mediterráneo.
Es el modelo antihumanitario de las vallas, de las
detenciones y de las expulsiones en masa el que se impone en todas partes
contra el derecho internacional vigente. Millones de emigrantes sin papeles son
víctimas de negreros modernos que los emplean en trabajos clandestinos sin
derechos de ningún tipo, haciendo a la esclavitud la forma más rentable de
explotación, como es el caso de los trabajadores de los invernaderos del Sur de
España.
2. La crisis y la guerra extienden todas
las formas de esclavitud
Millones de inmigrantes llegados a Europa, como
también es el caso de los llegados a EEUU desde la travesía por México, los
“dreamers”, que sufren las peores condiciones de vida y trabajo, están
amenazados de expulsión por el programa DACA, mientras que se proyecta la
construcción de otro muro fronterizo. La crisis internacional ha venido a agravar
su situación personal y familiar, y son muchos millones de personas los
amenazados de expulsión. La economía global ha hecho muy lucrativa en todas
partes la trata clandestina de seres humanos. Recientemente en Ginebra, el
portavoz de la Organización Internacional de Migraciones denunciaba que en la
Libia devastada por la guerra los migrantes se vuelven a vender en mercados
públicos como esclavos. Las potencias colonizadoras de América secuestraron una
cantidad de personas en África para esclavizarlas, que se estima entre 12 y 20
millones, convirtiendo la esclavitud en uno de los negocios más lucrativos del
mundo. La esclavitud multiplicó la producción capitalista y el comercio, que se
convirtió por primera vez en mundial. En 1776
Thomas Jefferson responsabilizó,
entre otros, al Rey de Inglaterra de llevar adelante una “guerra contra la
humanidad”. La discriminación, la desigualdad, el racismo y la esclavitud
acompañan, como el cuerpo acompaña la sombra, las políticas de austeridad, de
ajuste y Deuda Pública impuestas por los organismos internacionales:
En países como
Mauritania, Senegal, en Brasil, en la India y Pakistán…, perviven expresiones
de esclavitud clásica, de compra venta de millones de seres humanos. Tanto las
NNUU como la OIT han solicitado a los gobiernos señalados que se adopten
estrategias amplias contra estas prácticas esclavistas. Mientras tanto, los
luchadores por la abolición de la esclavitud son perseguidos y encarcelados.
Tanto en Palestina, como en Mauritania y en el Sahara, se persigue a los
defensores de los derechos políticos y sociales tratándolos como delincuentes...
No hablamos solo de graves problemas localizados en tal o cual país, de uno u
otro continente; hablamos de cómo se ha extendido en formas diversas y combinadas
las peores lacras de la humanidad: la sobreexplotación, la precariedad, la
miseria social y la esclavitud en todas sus formas. Estamos alarmados porque la
trata de personas se generaliza. Figuras como las de los “niños de la guerra”,
de los “desplazados por la guerra” y sometidos a los campos, la trata de
personas para su explotación sexual, los “sin papeles”, “los manteros” … son,
entre otras figuras, las nuevas formas de esclavitud en pleno siglo XXI que
reclaman derechos políticos, económicos y sociales.
3. La
recolonización económica y política
Operativos policiales europeos intervienen
directamente en el Sahel (Mauritania, Senegal, Mali, Níger, Burkina Faso y
Chad), financiando a los gobiernos africanos que colaboran en la represión del
derecho de emigración de la población, aplicando el modelo del acuerdo con
Turquía. Una cumbre de “terrorismo e inmigración ilegal” se va a celebrar los
próximos meses en Madrid, anunciada por el Gobierno español. La recolonización
económica y política se impone a los pueblos del mundo que luchan por preservar
sus riquezas y su misma independencia nacional.
El año 2004 fue
declarado año contra la esclavitud. Diez años después la ONU reconocía la
existencia de al menos 18 millones de esclavos, cifra que se ha multiplicado en
los últimos años considerando la extensión de todas las formas de esclavitud
que se han impuesto con la crisis y la recesión.
4. Defender
los derechos, organizar la movilización internacional
La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 establece
que “Nadie estará sometido a esclavitud
ni a servidumbre y la trata de esclavos está prohibida en todas sus formas”.
Desde 1926 el Derecho Internacional recoge expresamente dicha prohibición por
mor de la Convención relativa a la esclavitud y la complementaria de 1956, así
como el Pacto Internacional relativo a los Derechos Civiles y Políticos de
1966. El Estatuto de la Corte Penal Internacional de 1988 considera que “la esclavitud es un crimen contra la
humanidad”. Se entiende por tal cualquiera de los “actos de asesinato, exterminio, esclavitud, deportación o traslado
forzoso de población”. Los tratados internacionales contra la esclavitud no
se aplican y los Estados, por el contrario, lo que persiguen es la movilización
social de los luchadores que exigen la abolición de la lacra de la esclavitud. Dos
siglos después de la abolición de la esclavitud vuelven, al calor de la crisis
y sobreexplotación, todas las peores formas de esa lacra.
El estandarte de la abolición internacional de la
esclavitud debe reagrupar a la inmensa mayoría, a los defensores de los
derechos humanos, a los políticos y sindicalistas fieles a la defensa de las
reivindicaciones y aspiraciones populares, a los profesionales y jóvenes. Por
todo ello, llamamos, en defensa de los presos políticos, en la lucha por las
aspiraciones de los pueblos, a preparar, apoyados en la movilización,
CONFERENCIA INTERNACIONAL CONTRA TODAS LAS FORMAS DE ESCLAVITUD en Madrid, el
próximo mes de abril 2018.
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