Por Sinikka Khal periodista finlandesa y redactora de Africa Hoy
Primero, tengo que decir que no conocía muy,muy profundamente a Tcham Bissa. Lo conoci en varias ocasiones que venia a Madrid como miembro del comite ejecutivo . Desde cuya labor sigue extraordinariamente vivo el recuerdo que tengo de él.
Me acuerdo de Tcham como de una persona vitalista, carismatica, irradiando compromoso una energía positiva, y representando lo mejor de la comunidad negroafricana en España.
Le recuerdo como alguien que lideraba actividades panafricanistas en Euskadi, el País Vasco. Le había saludado varias veces en Madrid, pero sólo empecé a conocerle mejor durante el II Congreso Panafricanista de España, que tuvo lugar en la capital en diciembre 2005.
El congreso había supuesto un esfuerzo extraordinario para la expresion asociativa negra. Recuerdo gente trabajando freneticamente hasta el último momento, recopilando listas de direcciones, llamando por teléfono a delegados, pegando sobres, enviando emails, ruedas de prensa, lectura y traducion de ponencias, luchando contra el sueño, en todo tipo de oficinas y locales, temiendo que el limitado presupuesto no llegara.Era la primera vez que veia en España algo de esa dimension organizado por los propios africAnos-sin mediadores y el habitual tutelage-. Y Tcham siempre trabajando por la unidad. Cuando, al final, todo se llevó a cabo, con ponentes y participantes del mundo entero, conferencias, mesas, interpretes, debates, incluso bolígrafos y carpetas con el logo de la Federación Panafricanista de España, ¡qué orgullo! Los africanos de España habían, por fin, salido del armario y dejado de ser invisibles.
Al congreso llegaron delegados panafricanistas de toda España,(Murcia, Catlunya, Andalucia, Aragon) Africa, Europa,EEUU y descubrí que la Federación Pnafricanista tenía una rama importante en Euskadi. Conocí a varios delegados vascos negros o afrovascos. Su líder era Tcham.
Una noche durante el congreso nos encontramos, Tcham, yo y varios otros participantes, en uno de los bares del barrio multicultural de Lavapiés. Uno de estos sitios frequentados por la comunidad negra (Bar de Gabby), con música reggae, banderas de africa,y posters de Bob Marley, Jamaica . El local estaba lleno: a tope, con chic@s y hasta abuelas bebiendo, fumando, ligando. Contra este fondo se me dibuja en la mente la sonrisa de Tcham.
La música era ensordecedora, y Tcham tampoco hablaba un castellano muy puro, mezclando palabras del español con el portugués y el criollo de su país, Guinea-Bissau. A pesar de esto, Tcham y yo hablamos de todo. Del exito del congreso, de las actividades panafricanistas en Bilbao, de Guinea, de España, de nuestros hijos, de nuestras familias. El contacto con Tcham era fácil, inmediato, como si nos hubieramos conocido toda la vida. Tcham trasmitía optimismo, sinceridad, compromiso. vitalidad, alegría y leltad. Volví a casa de tan buen humor como si me hubiera tocado el sol. Una sensación que se repitió las veces que le volví a ver.
Cuando murió Tcham, España no sabía quién era. No pertenecía a las organizaciones oficialistas, conectadas con las autoridades, que decen representar a los inmigrantes . Una figura como Tcham es colectiva , surgió del seno de la comunidad africana en búsqueda de una identidad propia, de una visibilidad en una sociedad que sólo parecía reconocer a grupos más grandes y afines como a los llamados latinos-blancos (porque tamabien hay latinos negros), una sociedad que sólo sabe asociar a los negros con la miseria y las pateras. Tcham representaba a otra África posible y real , la verdadera, que no encajaba con la visión oficial del tutelaje. Será en parte por eso que las autoridades y medios de comunicación oficiales no le conocían.Pero los negros, los inmigrantes los sin paples le adoraban y le buscaban.
Cuando Tcham murió, aprendimos que había sido una persona importantisima en su país:Africa por Tcham era un panafricanista, luchando por la independencia de Guinea-Bissau, ocupando altos puestos en ministerios después de la independencia, montanto proyectos económicos. Pero en España, Tcham sólo era un inmigrante más, dejándose la piel en trabajos duros del sector de la construcción, una de las caras negativas anónimas paseándose por el país. En el mto. panafricanista europeo, es donde, Tcham se rencontró con lo que había sido en Guinea, con el intlectual y activista político. Para la lucha panafricanista , Tcham consiguió dejar una huella – que, quizás, se verá mejor en el futuro - en el continente europeo.
Primero, tengo que decir que no conocía muy,muy profundamente a Tcham Bissa. Lo conoci en varias ocasiones que venia a Madrid como miembro del comite ejecutivo . Desde cuya labor sigue extraordinariamente vivo el recuerdo que tengo de él.
Me acuerdo de Tcham como de una persona vitalista, carismatica, irradiando compromoso una energía positiva, y representando lo mejor de la comunidad negroafricana en España.
Le recuerdo como alguien que lideraba actividades panafricanistas en Euskadi, el País Vasco. Le había saludado varias veces en Madrid, pero sólo empecé a conocerle mejor durante el II Congreso Panafricanista de España, que tuvo lugar en la capital en diciembre 2005.
El congreso había supuesto un esfuerzo extraordinario para la expresion asociativa negra. Recuerdo gente trabajando freneticamente hasta el último momento, recopilando listas de direcciones, llamando por teléfono a delegados, pegando sobres, enviando emails, ruedas de prensa, lectura y traducion de ponencias, luchando contra el sueño, en todo tipo de oficinas y locales, temiendo que el limitado presupuesto no llegara.Era la primera vez que veia en España algo de esa dimension organizado por los propios africAnos-sin mediadores y el habitual tutelage-. Y Tcham siempre trabajando por la unidad. Cuando, al final, todo se llevó a cabo, con ponentes y participantes del mundo entero, conferencias, mesas, interpretes, debates, incluso bolígrafos y carpetas con el logo de la Federación Panafricanista de España, ¡qué orgullo! Los africanos de España habían, por fin, salido del armario y dejado de ser invisibles.
Al congreso llegaron delegados panafricanistas de toda España,(Murcia, Catlunya, Andalucia, Aragon) Africa, Europa,EEUU y descubrí que la Federación Pnafricanista tenía una rama importante en Euskadi. Conocí a varios delegados vascos negros o afrovascos. Su líder era Tcham.
Una noche durante el congreso nos encontramos, Tcham, yo y varios otros participantes, en uno de los bares del barrio multicultural de Lavapiés. Uno de estos sitios frequentados por la comunidad negra (Bar de Gabby), con música reggae, banderas de africa,y posters de Bob Marley, Jamaica . El local estaba lleno: a tope, con chic@s y hasta abuelas bebiendo, fumando, ligando. Contra este fondo se me dibuja en la mente la sonrisa de Tcham.
La música era ensordecedora, y Tcham tampoco hablaba un castellano muy puro, mezclando palabras del español con el portugués y el criollo de su país, Guinea-Bissau. A pesar de esto, Tcham y yo hablamos de todo. Del exito del congreso, de las actividades panafricanistas en Bilbao, de Guinea, de España, de nuestros hijos, de nuestras familias. El contacto con Tcham era fácil, inmediato, como si nos hubieramos conocido toda la vida. Tcham trasmitía optimismo, sinceridad, compromiso. vitalidad, alegría y leltad. Volví a casa de tan buen humor como si me hubiera tocado el sol. Una sensación que se repitió las veces que le volví a ver.
Cuando murió Tcham, España no sabía quién era. No pertenecía a las organizaciones oficialistas, conectadas con las autoridades, que decen representar a los inmigrantes . Una figura como Tcham es colectiva , surgió del seno de la comunidad africana en búsqueda de una identidad propia, de una visibilidad en una sociedad que sólo parecía reconocer a grupos más grandes y afines como a los llamados latinos-blancos (porque tamabien hay latinos negros), una sociedad que sólo sabe asociar a los negros con la miseria y las pateras. Tcham representaba a otra África posible y real , la verdadera, que no encajaba con la visión oficial del tutelaje. Será en parte por eso que las autoridades y medios de comunicación oficiales no le conocían.Pero los negros, los inmigrantes los sin paples le adoraban y le buscaban.
Cuando Tcham murió, aprendimos que había sido una persona importantisima en su país:Africa por Tcham era un panafricanista, luchando por la independencia de Guinea-Bissau, ocupando altos puestos en ministerios después de la independencia, montanto proyectos económicos. Pero en España, Tcham sólo era un inmigrante más, dejándose la piel en trabajos duros del sector de la construcción, una de las caras negativas anónimas paseándose por el país. En el mto. panafricanista europeo, es donde, Tcham se rencontró con lo que había sido en Guinea, con el intlectual y activista político. Para la lucha panafricanista , Tcham consiguió dejar una huella – que, quizás, se verá mejor en el futuro - en el continente europeo.
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